jueves, 23 de octubre de 2008

La suma de todos los miedos



Hace un tiempo vi una película bastante mala. Se llamaba "La suma de todos los miedos". Y viendo el plantel del kirchnerismo se me ocurió asociar el dramático título del film con el equipito que se armó Néstor hace un par de años, y que está fuertemente abocado a la tarea de degradar la vida de los argentinos. Ojo, que se entienda: con el consentimiento de la gran mayoría de los argentinos.

viernes, 17 de octubre de 2008

Fiestera

Trátase de una mujer dedicada a la Organización de Eventos.

domingo, 28 de septiembre de 2008

Porqué LinkedIn es tan aburrido



LinkedIn es una aplicación tan bien desarrollada como aburrida e inservible. Es una Red Social especialmente desarrollada para impedir los beneficios de las redes sociales en Internet.

Verticalidad, filtros, todo tipo de limitaciones, doble login, recomendaciones para no acercarse a otra persona si uno no está en la certeza de conocerla, y tantas otras características de este notable desarrollo, hacen de LinkedIn un lugar de mierda.

Un espacio que me encanta recorrer, porque funcional y estéticamente es un desarrollo jugado, pero en el que no puedo aprovechar ni un solo beneficio del estar en red.

Estas concidionantes para conocer personas, relacionarse en serio (es decir: ver sus fotos, chatear, ver sus amigos, conocer su estado de ánimo, boludear compartiendo videos, en fin, todas las cosas que las personas realizamos cuando nos relacionamos con otras), son al mismo tiempo el atractivo que encuentras muchas personas que, por propias limitaciones para vincularse, necesitan de una arquitectura rigurosa, formal, académica y aburrida.

LinkedIn es aburrido por necesidad. El aburrimiento que emana de su navegación es el core de su alto impacto comercial.

LinkedIn es como la intermediación de las esclerosadas relaciones entre académicos y decrépitos personajes de la pasada era de la consultoría.

El grado máximo de independencia

El grado máximo de independencia es el emprendimiento privado de un proyecto de servicios indirectos a terceros.

Otras empresas privadas pueden tener grados de libertad importantes, pero solo este tipo de emprendimientos tienen el máximo nivel de libertad al que puede aspirarse. Las empresas de productos, en general, son emprendimientos familiares que tienen traslación temporal hereditaria, hecho que permite a cada generación iniciar un camino desde algún lugar no básico, pero condicionando la experiencia de su desarrollo.

Los servicios a terceros, como los servicios profesionales, se recuestan sobre los espacios de poder que han sido construidos en torno a las disciplinas del saber y sus incumbencias. Por eso también son caminos predefinidos, fuertemente condicionados en términos de las experiencias que puedan vivirse con ellos.

Ser empleado puede ser un comienzo interesante. Pero la carrera dedicada a objetivos de terceros es una de las formas más dramáticas de entregar la propia vida a otros. Y sobre todo cuendo estas empresas se basan en la producción de bienes con cero necesidad de innovación (los hay, y muchos). Especialmente cuando se desarrollan en el marco de economías regionales fuertemente sesgadas, y con entornos socioculturales de estructura medieval. Tal los casos de, por ejemplo, las producciones de caña de azúcar, té, tabaco, olivos, y tantas más.

El empleo público podría considerarse un estadio inferior al anterior. Pero las características de dependencia a un "Estado" y no a otras personas reales lo hace una experiencia de vida limitada pero con niveles de libertad razonablemente superiores a lo anterior. Y especialmente en el marco de nuestro sistema político, donde los empleos públicos están atados por lo general a actividades político-punteriles, ya que esto asocia al beneficiario del empleo público con una persona que dispone de cuotas de poder. Esto, sumado a la bajo requerimiento de productividad y a los relativamente altos salarios, hacen del empleado público una persona que se la pasa caminando por el espacio público realizando compras baratas pero continuadas, lo que ayuda a mantener ciertos niveles de autoestima elevados.

En otro sentido, si bien el empleo público puede mostrar esas cacacterísticas, debe quedar claro que en la medida en que estas relaciones socioeconómicas se sostienen en el tiempo, nuevas generaciones van quedando completamente fuera de los procesos de generación de riqueza.

Por estas y otras muchas razones que no tengo ganas de explicar ahora, la autonomía se alcanza con la consolidación de un proyecto que genere servicios indirectos. Es decir, que uno no tenga que estar sosteniendo que "el cliente siempre tiene razón".

domingo, 14 de septiembre de 2008

Cómo comer una Rodhesia



Breve preámbulo: La Rodhesia es una de las meojres goosinas que se hayan inventado. Es riquísima, liviana, barata, y ya lleva como 4 generaciones de consumidores contentos.

Pero que esto no implique que asi como así cualquiera puede pasar por el kiosco, llevarse un par de rodhesias y mascarlas de cualquier manera. Sobre todo por el hecho de que la cobertura de chocolate (del insuperable chocolate terrabusi) es ciertamente frágil y desgranable, requiriéndose para el proceso de una técnica específica.

La técnica es sencilla, pero no siempre tenida en cuenta. Hay que empezar por despegar el envoltorio anaranjado... cuidando de no desprenderlo de su linea de contacto con el papel interno (el cobrizo). Esto dará una superficie más amplia para contener los pedacitos de cobertura que se desprenderán cuando demos el primer mordisco.

Una vez que ambos envoltorios han sido parcialmente retirados del contacto con la rodhesia, lo que debe hacerse es formar con los mismos una especia de plato que evitará la perdida de cobertura ante los seguros desprendimientos.

Y ya nomás viene el momento de entrarle, con ganas (imposible no) y para esto recomiendo comerla en 2 porciones (esto significa que el ideal sea de solo un mordisco). Como mucho 2. Si vas a comerla en pedacitos más pequeños... elegite otra cosa.

Cuando te hayas deleitado con las 2 partes de rodhesia (una a cada lado del mrodisco recomendado) quedará finalmente recuperar las "migas" de cobertura, y, aflautando el papel como haciendo una canaleta, darle una pendiente de 45º al tiempo que acompañamos en una misma apertura angular con nuestra cabeza.

La gravedad hara el resto... como por un tobogán bajarán los últimos restos de rodhesia. Esos que dejarán el perfecto sabor por varios minutos más, extendiendo la experiencia.

Por último, el papel (ambos envoltorios) deberán abollarse, aprovechando que las características metálicas del cobrizo interior mantendrá el bollo casi sin volver a expandirse (en otra entrada hablaré del problema de los envoltorios de golosinas qeu no pueden comprimirse para su desecho).

El saber ocupa lugar



Ultimamente vengo referenciando un amplio abanico de acciones humanas en refranes. Y observo la pertinencia de los mismos en términos explicativos, muy superiores por cierto a cualquier aproximación desde las ciencias sociales.

Pero me detuve por un momento en un refrán que no me parece acertado, y es el siguiente: "el saber no ocupa lugar".

Además de los obvios límites al almacenamiento de información que condiciona las expresiones de las capacidades cerebrales, quiero centrarme en el hecho de que el saber es precisamente la ocupación de UN lugar.

Entendiendo al saber como a las capacidades humanas para entender el juego de la vida, y nunca como la colección de lecturas, papers o novelas, el saber implica al cuerpo. Y los cuerpos ocupan lugares.

Al saber lo defino como una presencia física reconocible. Y limitante de otros saberes (dos cuerpos no pueden ocupar el mismo lugar en el mismo momento).

domingo, 10 de agosto de 2008

Hotmail vs Gmail

No tiene mucho sentido la comparación. Desde la mayoría de los aspetos que se quieran analizar, son dos cosas bien distintas. Pero está claro que una es mejor y la otra peor.

Relacionando esto con la entrada anterior, y para mostrar con un ejemplo ocncreto las limitaciones en las capacidades de innovación de la juventud, es que traigo esta comparación.

Buena parte de los actuales jóvenes se iniciaron en internet a cortas edades, momento en el que el servicio Hotmail estaba en su apogeo, y recién aparecían las aplicaciones de Google. Es por esa razón que se transformaron en usuarios full de dicha aplicación de e-mail (y chat, entre otros utilitarios).

Pero lo cierto es que a poco tiempo de lanzarse el servicio de Gmail, se avizoraba un cambio verdaderamente paradigmático, tanto en lo relativo a la funcionalidad, la usabilidad, la relación con los usuarios y todo otro aspecto importante para este tipo de servicios.

Aún así, con condiciones objetivas innegablemente superiores por parte de Gmail, la mayoría de los jóvenes se resisten a cambiar de servicio. Siguen aferrados a Hotmail. El poder entender el cambio, y ser parte de él, es la condición de base de la creatividad y la innovación. Y este simple ejemplo muestra que la juventud no tiene nada que ver con eso.